Wednesday, August 31, 2005

Secretos secretos

Últimamente la gente amiga no para de iniciar relaciones "serias". El caso más paradigmático es el de un amigo que se puso de novio hace un mes, e inmediatemente llevó a sus amigos para que conocieran a las amigas de su novia, cada uno de los presentes dijo su nombre y explicó en dos minutos "qué hacía", y ya se formaron dos parejas. No parece patético, en realidad lo es.

De todas formas, lo interesante de la conformación de parejas es que a mayor número, mayor cantidad de chismes escabrosos con los que divertirnos en la tormenta de mierda.

Ejemplo: Lena Pierce está de novia hace un par de años. Un sujeto del grupo que salió del armario por la misma época en que ella formalizaba, sostenía que el novio de Lena en realidad era gay. El acusador es un sodomita de vida agitada, no podía equivocarse. Se supone que como gay sabe reconstruir mejor que cualquier los indicios en relación a una persona que lo es, porque en fin, si no lo hiciera bien tendría que aparecer con más moretones en la cara que ligues.

El punto es que hace poco, efectivamente, el acusador encontró al novio de Lena junto a sus amigos, en un boliche gay... Y por lo que dice que hablaron, aparentemente no se trataba de un gesto cool, al punto que se pidió que nada de nada a Lena.

Y en un año van al altar... tendrán un par de años de matrimonio, luego para ocultar el ahstío dos o tres hijos, y cuando éstos crezcan, el marido de Lena improvisará reparaciones al auto que en realidad constituye su fondo para sexo pago con jovencitos fornidos. Lena probablemente caerá en el alcohol y los sedantes, alguno de sus hijos en las drogas de diseño y el otro ocultará la decadencia pequeñoburguesa militando en partidos de centroderecha que abogan por poblar la Patagonia.

La hija de Lena quedará embarazada antes de llegar a los 20. Su novio hijo mantenido de un industrial buscará a un abortista particularmente barato, que cortará el embarazado pero que también perforará el óvulo. Cuando se casen para olvidar la tragedia engrosarán una lista de espera para adoptaciones, lo cual los llevará a viajar a alguna provincia pobre para comprar una criatura.

Lena venderá una joya que le regaló su madre para la boda y hará el correspondiente aporte, en caso de que el niño sea rubio.

Friday, August 26, 2005

Después de la fiesta

Hay una imagen de los noventa difícil de olvidar. Una rubia falsa, con un bronceado aún más artificial, dientes perfectos (Centro Dental "Sonría ya" mediante), mostrando su credencial de la prepaga Medicorp. Aunque algunos prima facie la confundimos con la cocinera televisiva Chichita de Artiaga, la modelo ocasional era en verdad la esposa del dueño de la prepaga, Rafael De Martino.

Un sujeto levemente obeso, con una calvicie creciente cubierta por una mata de rulos, y un tic en los ojos si la memoria no me juega una trampa. Él también era modelo de publicidades de su empresa, se presentaba y hablaba a cámara en un corto publicitario que daban en los cines antes de la atracción principal.

A su vez, De Martino tenía dos programas de cable: un magazine para amas de casa en el que participaban un viejo barman franquista y un cómico de la época dorada del cine nacional (travestido en un personaje llamado "Soña Rosa"); y uno de entrevistas con una mesa y un fondo negro, en el que preguntó al ex convicto Pablo Shoklender si lo habían violado en la cárcel, y al político Opus Dei Gustavo Béliz si se masturbaba. Uno de los dos programas, se llamaba "Sociedad en formación".

Entrado el nuevo milenio, De Martino desapareció junto a su prepaga, sus publicidades y sus incursiones televisivas. Una mujer con la que salí me contó una historia de una prima que había trabajado para él, dijo que sus bienes estaban a nombre de una hermana discapacitada física y mental.

Todavía suena en mi cabeza la música del spot de Medicorp. Tin tiri ri ri rín... tín

Thursday, August 25, 2005

Qué fue de Paco

Hace poco me topé con fotos de una película que se llama "La demolición". Una era un primer plano a Enrique Liporace (a esta altura nuestro Danny Aiello), en otra se veía a Liporace de perfil afeitándose y en la restante... primer plano de un hombre calvo, vestido de overol. Jorge Pacini... O sea, el Dr. Gabinete en esa versión local de los Muppepts que fue "Carozo y Narizota", y Paco, el amigo cinéfilo (que parecía no haber salido nunca de Blockbuster) de Carlín Cantoni en "Amigos son los amigos".

No es raro que el destino de Pacini haya sido una oscura película nacional. Peor le debe haber ido a sus personajes: con los muñecos de Carozo y Narizota sucios, con tajos por los que sobresalen pedazos de estopa, relatando turf en un canal por cable de noticias, nada se sabe del Dr. Gabinete. Con la recuperación de la soja la granja que compartía con los muchachos debe funcionar más que bien, si es que durante los 90 no tuvo un llamado a acreedores y fue adquirida por algún grupo multinacional.

Y respecto a Paco... tenía un videoclub en vísperas de la tv por cable. No cabe que haya sobrevivido dedicándose al cine de arte, porque al menos en pantalla nunca mencionaba a Rohmer ni a Truffaut, ni su videoclub quedaba en Palermo. Probablemente cerró, lo cual no quiere decir que Paco no haya vuelto a votar a Menem en el 95. Tal vez trabaja para Fletes Cantoni, tal vez con la recuperación económica atiende el teléfono en el taller de su amigo Manija.

En los últimos episodios Paco salía con la hermana de Cantoni. Mirtha, creo. Tal vez ella prosiguió con el negocio de sandwiches y repostería iniciado por la mamá y la abuela de Carlín (aunque éstas se fueron a Italia cuando el programa pasó a canal 9 -tiempo del dólar barato).

Monday, August 22, 2005

Los hombres de Disi

Rudy Feolla es una mezcla de conductor de programa infantil de televisión en blanco y negro, y ex combatiende. De hecho, trabajaba de claque para Julieta Magaña, hasta que fue convocado en 1981 para cumplir con el servicio militar obligatorio.

Al año estaba en las islas, luchando contra los ingleses. Sólo tres de su pelotón sobrevivieron a la batalla de Monte Longdon. El Heavy Apache, mezcla de sioux y cantante del grupo Los Nocheros que superó los fantasmas de la guerra a través del rock cristiano, y Guy Márquez, de día diseñador de emoticons, de noche se cree Sherlock Holmes (nada complejo, hasta que su psiquiatra lo derivó a un tal Doctor Watson).

Los tres formaban parte del pelotón del cabo Disi, un peluquero del ejército que no se sabe muy bien cómo y por qué se hizo cargo de esos hombres.

La noche anterior a su partida a Malvinas, aprovecharon el franco y fueron de caza. Jugaron a la ruleta rusa, una costumbre que repiten de vez en cuando, sólo que muy periódicamente tienen dinero para apostar.

Rubias falsas

100 pitufos. Menos la pitufina, 99. Sacando a vanidoso, cuyas chances de excitarse con una mujer cuentan con la misma verosimilitud que los perfectos noviazgos de Tom Cruise o Enrique Iglesias, 98. Un mes tiene treinta días. Menos 5 de "esos" días, no porque le hagan asco sino como reclamo sindical para el descanso de la pitufina (con la excusa de que nunca se debe confiar en algo que sangra durante 5 días y no muere), da un total de casi 4 coitos diarios entre la pitufina y el resto, a 1 por mes para cada uno de los 98 pitufos.

Es lógico, entonces, que apelen a la sodomía. Hay algo de pecaminoso en los pitufos, el hecho de que los valores estén tan invertidos que el supuesto malvado es un agente del clero que viste sotana y lleva en apariencia una vida célibe, el hecho de que los pecados capitales no escapen a la colectivización del trabajo en la aldea: Cocinero (gula), Pitufina (lujuria), Filósofo (soberbia), Dormilón (pereza), Gruñón (ira), la codicia es la pitufina encarnada como objeto de deseo único y la envidia cunde entre todos a propósito de ello.

El asunto se vuelve más confuso si consideramos que Carcamel es quien crea a la Pitufina, y amén de que esta supuesta imitación de Dios no despierta su ira, quien al principio es malvada, y por ende estéticamente repulsiva, pero luego gracias a Papà Pitufo se convierte en una bondadosa rubia falsa.

Aires y Benson en Hollywood

Aires y Benson sueñan elencos perfectos para películas basadas en series de televisión.

Brigada "A"
-Rutger Hauer (John "Hannibal" Smith)
-Rob Lowe (Face)
-Jim Carrey (Murdock)
-Ving Rhames (B.A.Baracus)
-Roman Polansky (Decker)
-Patricia Clarckson (Amy)

La isla de Gilligan
-Jason Schwartzman (Gilligan)
-Brian Dennedy (el capitán)
-Brian Cox (Mr.Howell)
-Catherine O`hara (Mrs.Howell)
-Asia Argento (Ginger)
-Harrison Ford (el profesor)
-Kerry Russell (Mary Ann)

McGyver
-Sam Rockwell (McGyver)
-James Caan (Pete Norton)
-Jimmy Fallon (Jack Dalton)
-Robert Englund (Murdock)

El auto fanástico
-David Hasselhoff (Michael Knight)
-Christopher Plummer (Devon Miles)
-Jeanne Moreau (Bonnie Barstow)

Maradona

Creo que Fresán dijo muy acertadamente que Maradona se parecía cada vez más a Marlon Brando, por el sobrepeso, pero sobre todo a raíz de que cada vez le pagaban más millones por hacer de sí mismo en tiempos cada vez más breves.

A lo que habría que agregar que mientras Brando hizo lo que quiso (despedir del set a Stanley Kubrick, tener su propia isla, ganar un Oscar y mandar a buscarlo a una sioux que en realidad era aborígen de los mares del sur, escribir una de las memorias más lúcidas del siglo pasado, emborracharse con Truman Capote), Maradona se ha convertido en un director técnico de sí mismo. Y malas noticias, en uno con tanta destreza como falta de astucia. Más cercano a la corrección política de un Carlos Bianchi que al sadismo encubierto de picaresca de un Carlos Salvador Bilardo.

Tal vez con el tiempo se recuerde su programa de entretenimientos como un eslabón más en su cadena de excesos (en este caso, un componente tan trash como desquiciado que incluye cameos de auténticos decadentes como Antonio Banderas, Rod Stewart & co), pero lo cierto es que de momento su mesura es tan vulgar como aburrida. Un poco como ese Rosebud que significa encontrar un viejo cassette de Jorge Corona, y contraponerlo a su figura limpia y sobria que cuenta los mismos chistes en almuerzos televisivos para amas de casa, ancianas y desempleados.

O puede ser que Maradona no necesite un programa. Ya dio lo mejor de sí en aquellos "Mediodías con Mauro" que funcionaban de inmejorable campo magnético de atracciones y repulsiones entre prostitutas adolescentes de alto nivel, ex luchadores de catch, futbolistas y representantes adictos a la cocaína, abogados charlatanes salidos de una película de los hermanos Cohen, etcétera.

Técnicas de supervivencia

Leer biografías de personajes que la hayan pasado mal en serio, y así pensar "caramba, lo mío no es tan desastroso", mientras Chet Baker se aplica su cuarta dosis de heroína de la mañana, Gena le grita a John que además de un alcohólico es un payaso sin talento y Bugs Moran parte a concretar una transacción que se convierte en los hombres de Capone(disfrazados de policías) acabando con su banda.

Empresa no del todo perfecta: inevitable no odiar a Billie Holliday cuando luego de compadecerse de sus miserias en "Lady sings the blues", nos topamos con testimonios del tipo "ni recuerdo qué decía en ese libro de mierda... yo no escribí una línea".

El ataque de los zombies voladores

Últimamente el optimismo, la felicidad y el entusiasmo comienzan a parecerse a una de esas películas serie B en las que alguien percibe que la paranoia consiste en descubrir lo que realmente está sucediendo; nadie toma muy en serio la revelación, hasta que ya es demasiado tarde para evitar el ataque de los zombies voladores.

Monday, August 01, 2005

Tributos a Sabina

Si hay un rastro de la afición que desarrolla esta ciudad (por no decir este país -y herir el ridículo orgullo de paranoicos nacionalistas que persiguen un delirio de macrocefalia) a la hora canonizar a los más mediocres, es la cantidad de afiches y folletos que anuncian nuevos tributos a Joaquín Sabina.

Los lugares: bares de San Telmo, Avenida Corrientes, el limbo de Palermo que queda entre sus zonas para modernos audiovisuales y sus zonas para publicistas merqueros.

Nada sorprendente, comparado al escándalo doméstico que significa sostener que Sabina es menos poético que ciertamente previsible e impostadamente amanerado, que su esfuerzo por exhibir un costado "sensible" de las tópicas más desgastadas del realismo sucio se asemeja al orgullo de un cuprófago infraganti, que sus letras tan "profundas" desnudan en realidad la estupidez de un tiempo en que todos quieren ser escritores, sin haber leído demasiado, claro.

Pero nunca faltan aquellos aficionados al reduccionismo psicoanalítico que quieren ver falta de "sensibilidad" en el rechazo a la ¿obra? de Sabina.

Mujeres, sobre todo. Bien estudiantes de Letras con camperas de jean y blusas hindúes, bien secretarias que no entienden mucho de nada, o aprendices de periodista que se emocionan con el leit motiv de "Cinema Paradiso" (Giuseppe Tornatore, 1989).

Pues imbéciles, escuchen a Leonard Cohen, o a Bob Dylan, o al difunto Elliot Smith; y luego apelen a teorías multiuso (más débiles que las piernas de Roosvelt) como los anónimos que dejan coments porque de tan analfabetos y críticamente miopes evidentemente no saben escribir su propio nombre.