Saturday, June 23, 2007

La chica que tenía que llamar no llamó...

1. ...o sí llamo pero no nos vimos. El punto es que no fue necesario acicalarse más de la cuenta, ni tomarse el tiempo para pensar dónde ir ni salir temprano ni llamar por teléfono en busca de una reserva; por ende hubo tiempo (antes de salir a por el trago tan necesario y juntarse con los amigos primates para hacer las cosas que hacen los hombres cuando están resentidos y quieren ser chicos malos) para ver el último episodio de la primera temporada de 30 rock. Buenas noticias: cierre digno, a la altura de los episodios anteriores. Pésimas noticias: en Estados Unidos, la serie terminó el pasado abril (entonces habrá que esperar con suerte hasta fin de año para la segunda temporada).

2. En el comienzo, fue una mujer comprando una salchicha. Un símil de Patrick Bateman con envejecimiento prematuro intenta colarse en la fila. Y como a ella no le gusta "cuando la gente hace trampa", gasta 150 dólares en salchichas con el fin de que no quede una sola para el yuppie viejo. Liz Lemon también muere por los mínimos. Y en unos minutos se enterará de que tiene nuevo jefe. Y adivinen. Es malo. Mezquino. Hacer trampa es prácticamente su mantra. Un digno eslabón en la cadena de catódicos malvados queridos/queribles constituida por Siegfried, el Pingüino, Pierre Nodoyuna, Bender el robot mejicano, Bob Patiño y nuestro Gianni Dellanata ("¡INFELIZ!").

3. Liz Lemon tiene treinta y cinco años. Y una figura que no está mal (de acuerdo a su asistente rubia y prepubescente que no usa sostén -salvo cuando lleva una transparencia) para una madre de tres hijos. Sólo que Liz nunca fue madre. De hecho, en los últimos diez años sólo tuvo tres parejas sexuales. El único conocido: un vendedor de bipers (en tiempos de telefonía satelital) que de vez en cuando pasa a visitarla por su oficina, menos para sorprenderla que para encontrar algún excéntrico comprador entre los empleados de su novia. Sí. Liz Lemon es jefa de escritores de un programa nocturno y en vivo símil de Saturday night live. Su nuevo jefe, un ejecutivo de GE al que la corporación envió a la NBC para poner en práctica sus conocimientos en investigaciones de mercado. Jack Donaghy (tal su nombre) se jacta de ser el inventor del GE Tri-Vection: "un horno capaz de cocinar un pavo en 22 minutos".
- Yo no cocino mucho... -informa Liz Lemon.
- Claro. Te entiendo. Newyorquina feminista de nivel universitario, soltera y simulando ser feliz con eso. Mucho trabajo, poco sexo. Compras cada revista que diga "imagen saludable" y cada dos años empiezas a tejer durante... una semana.
- ¿Ahora va a adivinar cuánto peso?
- No te gustaría eso...

4. Y acto seguido, Liz Lemon debe encontrarse con un comediante negro devenido estrella en decadencia a raíz de sus escándalos más bien patéticos (cualquier coincidencia con Eddie Murphy, no debe ser casualidad), como dormir en el techo de la casa de Ted Danson o interrumpir el tránsito de una autopista en slip blanco y con un sable jedi. Liz Lemon debe persuadirlo para sumarse al elenco fijo de The girlie show. Sólo una de las primeras desventuras de una serie cuyo mayor logro no es cuestionar ciertos valores, sino evitar conciliaciones forzosas en la resolución (y así aceptar esos valores en principio cuestionados, y todos tranquilos y felices). Como en las buenas viejas screwballs, o como en esos cuentos de Santa Dotty Parker con sabor a indigestión a base de buen whisky, lo triste y lo gracioso no dependen de un punto de vista. Sino que todas las cosas son así al mismo tiempo.

5. Algunos eventos desafortunados emprendidos por Liz Lemon con la impunidad del soltero: hacerse pasar por alcohólica para poder ingresar a una reunión de AA en la que un hombre que le gusta contará sus secretos más oscuros, secuestrar (sin haberse dado cuenta) al bebé de una vestuarista, despedir a la novia contadora de ese mismo hombre, obligar a sus empleados con una vida privada a trabajar durante la noche o en días festivos, dar su mejor y psicótico esfuerzo para que las cosas salgan bien con un tipo, ofrecer cada día nuevas y más brillantes referencias de la saga Star Wars (desde mencionar a un amigo apócrifo llamado Lando Carlissian hasta no olvidar el bochorno de El ataque de los clones y símiles). Y hay más: un asistente hindú que se comunica con post-its, un afroamericano gay egresado de Harvard, una rubia no tan sexy como cree que es, un guía mormón y de sexualidad ambigua, en el marco de la única serie (junto al The comeback de Lisa Kudrow) capaz de reírse de y con el mundo televisivo al que pertenece.

6. El cerebro detrás de 30 rock es Tina Fey. Actriz, guionista y salvadora de Saturday night live luego de la esperada ida de sus últimos grandes. Parece que escribió el próximo vehículo de lucimiento para Sacha Baron Cohen, una vez que Bruno tenga su inminente película (y no ser menos que Ali G. ni Borat). Mucho más Lucille Ball que Carrie Bradshawn, hay quien la considera la Ricky Gervais estadounidense, cuando no la única posible integrante femenina del frat pack. Con estos últimos comparte la nostalgia ochentosa. Una evidencia: que el Donaghy de su serie sea interpretado por un Alec Baldwin ahora tan gordo como el no menos ochentoso James Spader (con el que comparte no sólo el sobrepeso sino la tranquilidad de no tener que demostrar a nadie que necesita un Oscar. O en este caso, un Emmy).

6 Comments:

At 2:10 PM, Blogger Barna said...

MdC, estuve hablando con el Chipi en razon a la propuesta de salir a beber por ahi. Que le parece ir planeando una terna primate para el fin de semana siguiente o el otro, con bares y whisky y saña misogina?

Espero su respuesta.

 
At 1:41 PM, Blogger Ivana said...

Ni un puto comment... :(

 
At 1:01 PM, Blogger Nacho S. said...

Se extrañan nuevos posteos.

Solo eso,

abrazo

 
At 5:39 AM, Anonymous Anonymous said...

Frestón... el copyright de ese comment me pertenece...aguardo las correspondientes regalías...Saludos

 
At 2:55 PM, Blogger Ivana said...

Está bien, 50 y 50, aunque he de decirte que en mi blog no sos vos quien lo dice a menudo...

 
At 6:33 AM, Anonymous Anonymous said...

Lamento no frecuentarlo. Pero no me vendría mal para estar al tanto de cuestiones como la que mencionás, entre otras más relevantes... seguramente será un placer.
Saludos

 

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