Wednesday, February 28, 2007

¿Por qué le habrán puesto caballos?

En la sobremesa del almuerzo, mientras alguien pedía un ristretto y algún otro preguntaba si tenían boldo o cachamay, el contexto resultó lo suficientemente inspirador como para ir a por un vaso de Legui. El contexto: bar en algún lugar del Abasto, con mesas en una vereda donde las palomas dejan caer sus heces y la línea 24 escupe una nube negra mientras el óxido de sus motores perfora lo que el pod no destruyó de los tímpanos. Un sitio en donde el mozo levanta apuestas paralelas y Enrique Syms deja ver de vez en cuando lo que va quedando de él.

"¿Vaso o medio vaso?", fue la pregunta. Intentamos explicar que un vaso pequeño, como para un one shoot. Y trajeron un vaso ordinario, servido hasta la mitad. Con Legui, el vaso está medio lleno. Alguien le puso a su café, alguien más bebió con entusiasmo, y no faltó quien recordó aquella vieja publicidad en la que un locutor se preguntaba por qué le habran puesto caballos (en la etiqueta).

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Thursday, February 22, 2007

Gin à la Faithfull

Mientras fumábamos unos cigarrillos en el balcón, le explicaba a mi colega que el segundo mejor gin de Buenos Aires no lo preparan con Tanqueray, sino con el mucho menos elegante Burnet`s. Lo sirven en jarra, y no lleva tónica sino agua gasificada de sifón (lo que comúnmente denominamos soda). Y que el secreto parecería radicar en una pizca de "dulce de goma" (una cantidad de azúcar mezclada con la misma cantidad de agua, que se hierve hasta formar un jarabe parecido al almíbar que va a la heladera) y pedazos de lima.

En un día acorde a Buenos Aires en febrero, entre las salidas de dos splits frente a frente, que largan un aire demasiado cálido entre el espacio de los fumadores, mi colega me cuenta que hace un par de años, en Barcelona, entrevistó a Marianne Faithfull. La musa del chismoso Anger, a quien Jagger dedidó As tears goes by y The Hollies Carrie-Ann.

Bebía gin. Con trozos muy pequeños de jengibre, cortados con una hoja de afeitar.

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Thursday, February 08, 2007

La última broma de Sergio Di Nucci

Aunque el lector más atento recordará que por este rincón de la WWW se recibió con entusiasmo el premio La Nación de novela otorgado a la opera prima de Sergio Di Nucci; su recepción no dejó de producirnos algunas sospechas, y de momento no hemos leído Bolivia Construcciones (ni figura siquiera como suplente en la lista de espera de próximas lecturas). Demasiados comentarios positivos de una crítica que pone a Fogwill a la altura de Scott Fitzgerald, y será un prejuicio sin mayor fundamento que el de su propia condición, pero también tratamos de evitar lecturas compartidas con progresistas ingenuos y señoras de zona norte que siguen las emisiones de Osvaldo Quiroga.

Sin mencionar que el hecho de ver el libro de Di Nucci junto al de Inés Gallo de Urioste... podrá entenderse como aparato de promoción en una economía proto-capitalista, pero al menos el martes pasado, en una sucursal de Galerna, Fiesta estaba lo más lejos posible de Buena leche - Memorias de una joven (no tan) formal, y El buen soldado, Mrs. Dalloway y El fin de la aventura (por mencionar algunas pocas novelas que nos gustan y mucho) siquiera estaban en alguna estantería del local.

El jueves, un amigo envió el enlace. Luego, un amable lector escribió informando al respecto: parece que un chico de 19 años encontró en la novela de Di Nucci algunos párrafos tomados de Nada, de Carmen Laforet. Un long-seller desde su publicación en 1944, adaptado por Torre-Nilsson y reimpreso masivamente en los 90 por RBA. Jurados tan respestables como Carlos Fuentes, Tomás Eloy Martínez, Griselda Gambaro, Luis Chitarroni y Hugo Beccacece, no se dieron cuenta del fraude. Tampoco los editores de la casa dependiente del grupo Random-House, a cargo del manuscrito. Ni los muy brillantes y ya mencionados críticos (de)formados por acumulación de horas junto a la señora Sarlo y al profesor Panessi.

¿Son cómplices del fraude? Sí. Pero no por no haber dado con el mismo, de existir tal. De ser un fraude, está en su naturaleza resultar, en un principio, exitoso (o al menos efectivo). Son cómplices, en todo caso, porque cualquier escolar es capaz de poner en duda que hombres tan notables y ocupados como Saramago o Fuentes o Sábato estén en condiciones de dedicar parte de sus jornadas a la lectura de los diez libros que suelen quedar en las shortlists de concursos (¿alguien imagina la agenda?, "9:15hs: firma de la solicitada por los derechos de las mujeres haitianas en Costa Rica", "9:18hs: escribir un nuevo artículo contra George Walker Bush y comparar la última intervención de los Navy Seals con el genocidio nazi", "9:19hs: "desayuno con Carmen Ballcels para negociar traducciones de un cuento extendido que se venderá como novela", "14:05hs:
lecturas de las novelas finalistas del concurso de Argentina", "14:06: llamada telefónica a mamá"). Son cómplices, en todo caso, del analfabetismo que los lleva a editar golpes de efecto que es necesario saldar para desocupar un depósito que espera albergar un nuevo y frustrado golpe de efecto, en vez de intentar la publicación de buenos autores que han probado muy dignas ventas (Eddie, de George Plimptom, sigue descatalogado, lo mismo La tormenta de hielo de Moody y muchos otros que no necesitaron pasar por el saldo). Son cómplices, en todo caso, porque las lecturas de Blanchot y De Certau parecería que no sirvieron de mucho para curar una miopía que hace de Mr. Magoo un miembro de la Liga de la Justicia con vista de lince.

¿Merece Di Nucci ser considerado un sucesor del doctor Jorge Bucay? No. La Real Academia considera un fraude a la "
acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete". Si se trata de rectitud, bastará con decir que los dineros del premio La Nación fueron donados a una institución que trabaja por regularizar la situación de inmigrantes bolivianos, y que probablemente Di Nucci todavía no vio un centavo en royalties (ninguna editorial ni sucursal argentina los paga, salvo que el autor se llame Dan y se apellide Brown). Es difícil creer que "perjudique" a los Mitre, ni a Random House, el haber otorgado a una causa "recta" una cantidad muchísimo menor a la que algunos de sus muy "rectos" directivos gastan en zapatos para sus amantes. Respecto a contrariar "la verdad", el propio autor se defiende con inteligencia: "Con sólo introducir una única modificación un mismo texto cuenta otra historia (...) Esto de la reescritura de Nada se hace en música con el sampleo, o en artes plásticas, como lo que hizo Warhol con La última cena". También, podríamos agregar que hay un caso cinematográfico muy interesante, que es el de Los Angeles plays itself: una suerte de ensayo sobre la reconstrucción de la ciudad en la historia del cine, imposible de ver más allá de festivales, debido a la utilización de imágenes cuyos "propietarios" se resisten a ceder.

El "affaire Di Nucci", más bien remite al caso de Clifford Irving, aquel ignoto novelista que vendió una autobiografía de Howard Hughes. Al que Orson Welles retrató como un verdadero artista en F for fake. ¿Qué es el arte y el entretenimiento sino un perfecto timo?

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Sunday, February 04, 2007

El talento era Keith Moon

"Por culpa de Brasil nos quedamos sin los Who", dicta el titular de un autodenominado "gran diario" de los ignorantes (digo, de los argentinos). Si se trato de una ironía, tiene menos clase que Inés Gallo de Urioste describiendo la tanga que le compró a su hija de seis años ("zas!, qué paja"). Si se trató de echar culpar al ausente que estaba más a mano, bajo un argumento de causa-efecto más vulgar que biblioteca de la oficina de redacción de la revista El interpretador; el editor bien podría haber echado la culpa a Dios.

Al séptimo día el Señor iba a aprovechar su descanso para ver una copia de Babel que descargó de un torrent (¡es Dios!, debe tener un ancho de banda de veinte MB), pero le comentaron que Iñárritu no lo tiene precisamente en buena consideración. Así que aprovechó para visitar a Townshend y Daltrey, y les recordó que están muertos desde hace mucho, mucho tiempo.

Y que por ende deberían cancelar su gira sudamericana.

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