Saturday, September 01, 2007

Billar con Antares en un sótano yakuza

El lugar se llama Alabama. No demasiado oriental. Tampoco lo son los peruanos que suelen encargarse de las tareas menos calificadas en ese tipo de lugares.

Aquellos que pisan sus inmediaciones deberían hacer un pacto: no promocionarlo. Lo cual tampoco suena muy necesario, dado que su aspecto de remanente del set de Kinji Fukasaku difícilmente ayude a convertirlo en un Job`s superpoblado de alumnos del Nacional Buenos Aires y universitarios del interior (con sus abrigos de Polar y sus camisas de Kevingston).

Desde la calle no parece más que otro tenedor libre. Pero alcanza con entrar y encontrarse con sus meses redondas y sus cuencos, para imaginar una reunión con las cuatro cabezas de las principales familias de Tokio. O de Shangai. Tal vez albergue a las tríadas. Faltaba una máquina de karaoke, eso sí. El plato principal, sin embargo, es su sótano (tan grande como el local) con mesas de pool y una barra de bar clausurada y sillones vintage y estúpidas canciones no tan vulgares. Digno lugar para una balacera. Aunque no hubo mayor acto de violencia que el de una paliza (simbólica) en un juego de billar con bola abierta, que nos dieron a la pareja conformada por Antares y quien suscribe.

Nota para Barna: una pena que sólo tuvieran Hiram Walker. Tan asqueroso que obliga al bebedor a recordar su condición de conductor designado, y optar por una Villavicencio con gas. Pero si de alcohol se trata ya hablaremos del muy chic Mondo Mix y su tragos de autor por catorce pesos (parece que en las escuelas de coctelería tienen tesis -y algunas son más interesantes que las de la carrera de Comunicación Social, sin mencionar que las entregan en el plazo acordado).

Labels: ,